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miércoles, 12 de noviembre de 2014

Guillermo Cano Isaza

Guillermo Cano Isaza (BogotáColombia 12 de agosto de 19251 — † Bogota, 17 de diciembre de 1986) fue un periodista colombiano. Perteneció a la tercera generación de periodistas de la familia de Fidel Cano Gutiérrez, fundador de El Espectador.
Se desempeñó como cronista taurino, deportivo, hípico, cultural y político. Dirigió El Espectador desde 1952 hasta el día de su muerte.
Fue asesinado por sicarios del narcotráfico.
Biografía
Guillermo Cano Isaza(Bogota, agosto 12 de 1925 - Bogotá, diciembre 17 de 1986). Guillermo Cano Isaza fue el guía y el maestro de toda una generación de periodistas, que recibió de él no sólo la formación profesional, sino los principios éticos que defendió a lo largo de su vida y el ejercicio de su carrera como periodista. Hijo de Gabriel Cano y Luz Isaza, se vinculó directamente a la redacción del diario El Espectador, como cronista taurino, deportivo, hípico, cultural y político, recién egresado del Gimnasio Moderno, en 1942. Fue el fundador del Magazín Dominical, secretario de dirección, codirector, con Gabriel Cano, y director de El Espectador desde el 17 de septiembre de 1952. En 1986 recibió el Premio Nacional de Periodismo CPB en la modalidad de prensa, por su columna dominical "Libreta de Apuntes", cuya variedad temática iba desde los recuerdos de personajes de la vida nacional, hasta comentarios críticos acerca de los problemas del país.
En 1980 le fue otorgado el Premio Simón Bolívar a la vida y obra de un periodista. Con motivo del centenario del nacimiento de don Fidel Cano, fundador de El Espectador, escribió "El abuelo que no conocí", y para la conmemoración del 90 aniversario de El Espectador, escribió "Posdata a la autobiografía de un periódico", páginas donde se integran el escritor sensible y el periodista veterano.
Fue enviado especial a los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972, y en notas especiales escribió acerca de lo ocurrido en el "septiembre negro". Su rectitud a toda prueba jamás hizo concesiones; la defensa vertical de sus principios le ocasionó dificultades al periódico y, finalmente, la lucha en pro de los derechos humanos destruidos por la corrupción, el autoritarismo, la violencia y el silencio cómplice, le costó la vida.
Fue asesinado al salir de la sede del periódico, el 17 de diciembre de 1986. Sin embargo, El Espectador ha continuado fiel a la concepción periodística en la cual Guillermo Cano siempre creyó.

SU ASESINATO Y SU RECONOCIMIENTO

"Así como hay fenómenos que compulsan el desaliento y la desesperanza, no vacilo un instante en señalar que el talante colombiano será capaz de avanzar hacia una sociedad más igualitaria, más justa, más honesta y más próspera."
Último editorial firmado por Guillermo Cano., publicado el 17 de diciembre de 1986.
Durante el siglo XX, El Espectador mantuvo una actitud muy firme en contra del narcotráfico y publicó con frecuencia informaciones sobre sus delitos.
Hace más de una semana que la Cámara de Representantes, a pesar de iniciales vacilaciones y dilaciones, levantó la presunta inmunidad parlamentaria que dizque protegía al individuo Pablo Escobar Gaviria, en mala hora elegido suplente a la Cámara Baja en papeleta con su protegido, el señor Jairo Ortega.
El susodicho individuo Escobar Gaviria está sub júdice por narcotráfico y sindicado por la justicia de Colombia como presunto autor intelectual, en unión de su primísimo Gustavo Gaviria, de la muerte violenta de dos agentes de seguridad al servicio de la República.
Hace también un poco más de una semana que el juez que investiga el doble y abominable homicidio impartió orden de captura, en cumplimiento del correspondiente auto de detención y ya sin dudas constitucionales respecto a la posible inmunidad parlamentaria, del sujeto antes dos veces mencionado, y es la hora de ahora que Escobar Gaviria, como su primo carnal Gustavo, siguen gozando de cabal libertad como si las órdenes de los jueces no fueran de obligatoria obediencia por parte de las autoridades encargadas de hacer efectivas las capturas de los delincuentes convictos o de los presuntos delincuentes.
Hace mucho más de un mes otro juez de la República dictó auto de detención y expidió la correspondiente boleta de captura contra otro individuo de las mismas calañas y las mismas mañas de los primos Escobar Gaviria, el narcotraficante Carlos Lehder, vinculado dentro y allende de nuestras fronteras al delito de comerciar con estupefacientes y de enriquecerse con esa abominable y punible profesión.
Durante mucho tiempo estos personajes siniestros lograron engañar y embobar a las gentes ingenuas halagándolas con migajas y propinas, con dineros todos calientes, mientras la sociedad, acobardada y en algunos casos engolosinada con los espejismos y atractivos de la vida cómoda del jet-set emergente, veía crecer a su alrededor el imperio de la inmoralidad. Desenmascarados estos grandes personajotes de la mafia del narcotráfico, la justicia, tan lerda y temerosa en el pasado, comenzó a actuar.
Pero sus arranques, de un día para otro, han quedado como paralizados. Se sabe quiénes son y por dónde andan los fugitivos de la justicia; muchas gentes los ven, pero los únicos que no los ven o se hacen que no los ven son los encargados de ponerlos, aunque sea transitoriamente, entre las rejas de una prisión…
Guillermo Cano en su columna Libreta de Apuntes de El Espectador. Noviembre 6 de 1983.
El miércoles 17 de diciembre de 1986 sicarios a órdenes del capo Pablo Escobar asesinaron frente a la sede del diario a su director Guillermo Cano Isaza. Los criminales esperaron a que el hiciera un giro en U en la Avenida del Espectador, poco después de las 19:00. Uno de los maleantes se acercó rápidamente a la camioneta familiar un Subaru Leone Wagon vino-tinto de placa AG 5000 que conducía Cano y le disparó en ocho ocasiones al pecho con una ametralladora. Evitando el pesado tráfico de la temporada navideña, los sicarios se escaparon en una motocicleta, identificada con la placa FAX84. Cano tenía 61 años al momento de su fallecimiento, 44 de los cuales había dedicado al periodismo en El Espectador. Hasta el día de hoy se considera que su asesinato sigue en la impunidad.2 3 4 5 [1]
En español: su largo compromiso con la diversidad de opinión y las circunstancias de su muerte - el había pedido que se aprobaran medidas contra los traficantes de drogas - simbolizan el precio pagado por los periodistas de todo el mundo con respecto a la violencia.
Original: His career-long commitment to diversity of opinion and the circumstances of his death - he had called for firm measures to be applied against drug traffickers - symbolise the price paid by journalists throughout the world to violence.
Un día después del asesinato de su director, El Espectador tituló en primera plana6 Seguimos adelante, que se convertiría en la constante durante todos los años siguientes. En un fallo de octubre de 1995, nueve años después del asesinato, María Ofelia Saldarriaga, Pablo Enrique Zamora, Carlos Martínez Hernández y Luis Carlos Molina Yepes fueron encontrados culpables de conspiración para cometer el crimen y sentenciados a 16 años y 8 meses de cárcel. Sin embargo, en otra sentencia del 30 de julio de 1996, el Tribunal Superior de Bogotá revocó el fallo, absolviéndolos a todos de cargos en el crimen, a excepción de Molina Yepes, que fue el único condenado y quien había sido recién capturado el 18 de febrero de 1997. Con anterioridad habían sido considerados autores intelectuales Pablo Escobar Gaviria, Evaristo Porras, Gonzalo Rodríguez Gacha y el mismo Molina Yepes, todos ellos capos del Cartel de Medellín.



Guillermo Cano Isaza, memoria de un gran periodista - Director de El Espectador


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